Juan Antonio Corbalán

Juan Antonio Corbalán era un base de 1,82 de la mágica generación del 54. Corbalán jugó en el Real Madrid desde la temporada 71-72 hasta la temporada 87-88, temporada en la que se retira para volver a jugar con el Fórum de Valladolid en la temporada 90-91. La trayectoria de Corbalán está llena de éxitos tanto a nivel de club como a nivel de selección. Su primer año con el Madrid gana liga y copa. Al año siguiente y, después de volver a ganar liga y copa otra vez, es llamado por primera vez a la selección española, donde con el tiempo se encontraría con el resto de su generación y llevaría al baloncesto español a lo más alto en los JJ.OO de 1984 cuando consiguen la plata frente a USA. Al año siguiente el Real Madrid consigue el 'triplete', liga, copa y Copa de Europa. El derrotado de esa final de Copa de Europa es el Varese de Dino Meneghin. Corbalán disputaría contando esa 6 finales de Copa de Europa, ganando tres (dos contra Varese el Varese de Meneghin y Morse, otra contra el Maccabi de Berkowitz) y perdiendo otras tres (dos contra el Varese también y una contra la Cibona de Petrovic).

Desde el 71-72 hasta el 76-77 el Real Madrid gana Liga y Copa con la excepción del 75-76. Corbalán lideraría al Real Madrid a 12 Ligas, 7 Copas, 3 Copas de Europa, 1 Recopa, 1 Korac, 3 Intercontinentales y 1 mundial de clubs. Durante su estancia en el club jugó con gente de la talla de Brabender, Rullán, Cabrera, Iturriaga, Romay, Martín, Llorente, Dalipagic, Delibašic o Walter Szczerbiak. Todos estos mitos del baloncesto presumen de haber compartido equipo con Corbalán.

En la selección, Díaz Miguel encuentra en Corbalán al perfecto transmisor en la pista de sus ideas de defensa y contrataque. Con la elástica roja llega a la final del Europeo del 1973 (celebrado en España), perdiendo contra Yugoslavia. En las olimpiadas de Moscú, España pierde en la final de consolación frente a Cuba. Después entra en la historia de la selección al formar parte del primer combinado español que vence a la selección USA en el mundial del 82, donde España queda cuarta. Al año siguiente España llega a la final del Eurobasket de Nantes y pierde contra Italia. El mejor quinteto de aquel torneo fue para enmarcar: Corbalán, Gallis, Epi, Meneghin y Sabonis. Después queda segundo en el preolímpico de los Ángeles para ganar la plata en aquellos juegos. En aquellos años pasaron por la selección gente como Epi, Sibilio, Iturriaga, Brabender, Solozábal, Jiménez, Margall, Romay, Martín, De la Cruz ... Es el sexto jugador que más veces ha vestido la camiseta nacional.


Corbalán ha sido el mejor base de la historia del baloncesto en España. Queda por ver si gente de la talla de Calderón o Ricky Rubio superan las marcas de Juanito, aunque quizás el de Villanueva de la Serena sea el que pronto reciba ese testigo. Corbalán es considerado como el mejor base de los 80 en el mundo FIBA. Su juego era una marcha por encima del de sus rivales, haciendo tanto en la selección como en el Real Madrid un espectacular baloncesto de defensa y contrataque. Pese a su velocidad Corbalán era súmamente cerebral. Sabía qué tenía que hacer en cada momento, capaz de revolucionar o congelar un partido, de sacar lo mejor de sus compañeros, de defender al base rival hasta romperle el tempo del partido... Su tiro de media distancia era destacable, pero lo mejor era su selección de tiro. Sabía desde dónde tenía que tirar para anotar, tiros en parada tras salida con bote o penetraciones por ambos lados. Los defensores tenían dificultades al doblar su marcaje tanto en zona como en hombre porque Corbalán ponía inmediatamente el balón en manos de su compañero con mejor posición. Las zonas planteadas por los equipos italianos eran destrozadas de manera instintiva por Juanito Corbalán, ayudado también por las indicaciones técnicas de Lolo Sainz.

Pero además de su infinito palmarés, su inteligencia, su juego y su competitividad, Juan Antonio Corbalán siempre será recordado por ser el ejemplo perfecto de deportista dentro y fuera de la cancha. Muchas veces se dice que para todo en la vida primero hay que ser persona. Corbalán lo es.

¡Clasicorros saludos!