Hola clasicorros. La gestión deportiva en la Europa de los 80 se resumía en presidentes personalistas que fichaban a su antojo y entrenadores que pedían pero que a veces no se les escuchaba. Veíamos desde lejos la figura del General Manager de los deportes americanos y, aunque los futboleros no entendían muy bien cómo debía encajar un GM en la estructura que existía, los que seguíamos la NBA entendíamos la importancia de esa figura que hacía de arquitecto en el proyecto deportivo del equipo.
Los primeros intentos de implantar el GM en España fueron muy duros. Lolo Sainz y Aíto G. Reneses fueron incapaces de desarrollar ese trabajo no por ellos mismos, sino porque sus clubes les colocaron en posiciones que no estaban definidas a medio camino entre el entrenador y el presidente y de la que no se sabía muy bien qué se tenía que esperar. La cosa salió mal y ambos volvieron a entrenar.
La evolución del general manager en España ha sido desde la figura del GM americano hasta la del director deportivo. Hablando exclusivamente de fútbol encontramos ejemplos de cómo hacer bien ese trabajo, como Monchi en el Sevilla o Beguiristáin en el Barça. Ambos son responsables directos de los triunfos de sus equipos. Lo contrario es lo que ha pasado en los últimos años en el segundo equipo de mis amores (del Racing aquí no hablo porque no tiene sección de basket), el Real Madrid. El puesto de director deportivo se ha convertido en refugio de charlatanes ex-jugadores que descubren en la dirección deportiva un lugar donde parapetarse cuando vienen mal dadas, exponiendo al entrenador y a los jugadores pero sacando pecho en los éxitos del club.
Florentino Pérez declaraba hace unos días que su labor era dirigir. Se equivocaba, se ve que se perdió las charlas de liderazgo que imparte Valdano. Florentino Pérez es el líder del Real Madrid como institución. El Winston Churchill del madridismo. Junto con el director deportivo debe esbozar la política del club y sus objetivos. El que debe dirigir el club es Jorge Valdano en la sección de fútbol y Antonio Maceiras en la sección de baloncesto. Ambos deben asimilar el discurso de su presidente y adaptarlo a la realidad del club, definiendo al detalle la política del club y ejecutándola según entiendan conveniente.
Después de una década en la que se ha hecho patente lo importante de una gestión deportiva profesional hay clubes que parecen no aprender. Mientras el FC Barcelona ha dejado la sección de baloncesto en manos de Joan Creus, el Real Madrid camina a la deriva. Florentino Pérez preguntó al mercado de entrenadores '¿Hay entrenadores? Pues compro el mejor que "haiga"'. Como es el más caro seguro que es el mejor y el que más sabe de esto, así que le damos plenos poderes y le dejamos hacer. El resultado todos le conocemos.
Esta semana nos llega por la prensa deportiva que el Real Madrid deshace su equipo filial de baloncesto. El mismo día nos enteramos de que la sección de fútbol ha fichado al Messina del fútbol, Mourinho. Dos disparates en tan sólo unas horas, nuevo récord mundial (fuera de la política). Se han gastado 8 M€ en un impresentable que es lo opuesto a los valores del Real Madrid y que jamás encajará en el club. Con utilizar una parte de esos 8 M€ en el equipo filial de baloncesto se hubieran podido cultivar jugadores como Llull o Pablo Aguilar. Desafortunadamente eso ya no será posible. Como anécdota decir que cuando Jesús Gil desmanteló la cantera del Atlético de Madrid el máximo goleador del equipo cadete era un tal Raúl González Blanco.
El Real Madrid jamás ganará nada, ni en fútbol ni en baloncesto, hasta que no cambie su política de club y lo haga a partir de una gestión deportiva profesional. Señor Valdano, vuelva a la Sexta y a las charlas engañabobos y deje su trabajo en manos de profesionales.
¡Clasicorros saludos!
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