Infancia retro

Hola clasicorros. Como todos sabéis ha empezado el curso escolar. Hace años estas fechas servían para poner a prueba el último balón de reglamento que algún compañero se había agenciado, bien desde el córner bien desde la línea de tiros libres. Desde 1º de EGB hasta COU todos los recreos, descansos y ratos libres en mi colegio se pasaban igual, jugando en el patio. Curiosamente de la gente de mi quinta dos compañeros de colegio y de equipo escolar dirigen ahora dos clubes de importancia en mi comunidad autónoma y otros siguen ligados al baloncesto de una u otra manera.

Hoy en día es raro ver a algún niño llevar un balón al colegio. Recuerdo ir botando desde mi casa hasta el colegio (sólo con la derecha pero botando), subiendo las interminables escaleras de la cuesta de la Atalaya botecito a botecito escalón a escalón. No me consideraba una excepción ya que había muchos compañeros que también lo hacían y entonces era algo normal. Ahora el bote de balón se enseña en las escuelas de baloncesto o en los equipos de base, se enseña qué parte de la mano es la que toca el balón, se enseña a botar a distintas frecuencias, se enseña a desasociar el bote del paso... Hay que enseñar todo lo que antes se aprendía solo.

Todos recordaremos también los torneos inter-clases. Siempre queríamos ganar a los mayores. Eran más altos y sabían más pero todo aquel que ha jugado contra 'los mayores' sabe que existe un deseo irrefrenable de ganarlos y dejar claro quién manda, que la edad es lo de menos y que podían ser los más fuertes pero que tendrían que sudar sangre para ganar esos partidos. ¿Quién no ha vivido una rivalidad de esas? ¿Quién no ha entrenado para ganar esos partidos? A la generación de adolescentes actuales eso les resulta desconocido.

Pero quizás lo más llamativo para nuestra generación es el tipo de actividades que hacen los jóvenes en su tiempo libre en las escuelas. En los recreos se reúnen en grupos y ¡hablan! Con un campo de fútbol de hierba sin calvas, de medidas reglamentarias y porterías enormes que está pidiendo a gritos un balón colgado desde la banda o con un campo de baloncesto con aros flexibles y tableros de metacrilato (lo que nosotros nunca soñamos) ¡ellos prefieren hablar!

En una empresa en la que trabajé llegamos a plantearle a uno de los jefes que pusiera una canasta en una parte del aparcamiento que estaba desocupada. Lo peor es que lo decíamos en serio y éramos varios los promotores de tan sudorosa idea. Mientras nuestra generación lucha con sus cuerpos para poder seguir haciendo deporte los pedagogos y educadores recomiendan que los niños hagan deporte porque cada día aumenta el número de niños obesos. ¡No señores! ¡El deporte se hace por placer, es lúdico y tienes que disfrutar de ello! ¿Se llegará a dar el caso de que el deporte sea a los videojuegos lo que las acelgas a los pasteles?

Cada vez es más complicado encontrar gente joven jugando al basket en la calle. Al final nos pasará como en la misa de un Lunes por la tarde, sólo iremos los viejos y será sólo para tener algo de lo que charlar con los amigos. El juego en la calle, el deporte al aire libre y más concretamente el baloncesto se está perdiendo como actividad lúdica. Al menos para nuestros adolescentes. Eso no se puede compensar con innumerables entrenamientos superexigentes que pueden llegar a acabar con una afición y seguro que dificultan el desarrollo académico del joven. Es una lástima pero es así. Pese a lo que pueda parecer no soy contrario a los avances pero este tipo de posts pueden parecer para el lector el clásico pataleo del abuelo cebolleta. Sé que hay más gente que piensa como yo, desde entrenadores de primer nivel hasta amigos a los que les gusta el deporte pero que lo practican esporádicamente. La pregunta es, ¿tan reaccionarios nos hemos vuelto?

¡Clasicorros saludos!